Diario de lo mínimo

jueves, septiembre 17, 2009

Un café...

Un café calentito después de comer, sentado en el parque. El sol en la cara y más allá los chicos juegan.

sábado, octubre 28, 2006

Panorámica

Llueve. Quinto piso de un edificio en una ciudad. Un señor está solo sentado frente al ventanal. Desde allí puede ver una panorámica de la ciudad. Podría verla pero no lo hace. Ese señor está concentrado en otra cosa. El ventanal le sirve para proyectarse. Hace tiempo que está solo. Aprendió en ese tiempo alguna utilidad que otorga la soledad. Descubre siempre algún nuevo uso para los objetos que lo rodean. Hoy el ventanal le parece una pantalla. Las imágenes que allí proyecta tienen poco sentido o ninguno. La lluvia sobre el vidrio no lo ayuda. Muchas imágenes se humedecen y se diluyen. Son fragmentos de su vida. El señor se quedará toda la noche tratando de unir los retazos.

viernes, octubre 20, 2006

Necesito

necesito tu beso de sangre
tu puño delgado
hundidos tus dientes profundo
en mi carne
 
el deseo de risas punzantes
de tu propia boca
me falta / tu grito sagrado
en mis ojos
 
el carmín de tu suave violencia
caninos hundidos
el viento de tu golpe errante
en mi boca
en mi vientre

Blanco, claro, gris, oscuro, negro

Que todo o nada, que una cosa o la otra.
Yo prefiero los matices. Es más arriesgado, pero más divertido. Es más complejo, pero también más sabroso. Además, ¿qué problema hay?, si en definitiva de lo que se trata es de aprovechar la vida.

jueves, octubre 19, 2006

Nota I: amabilidad

Nota grabada en mi celular:

"Siendo las 09:32 hs del jueves 20 de octubre de 2006, he decidido tratar con amabilidad a todo el mundo, incluyendo al señor que hace 10 cuadras que viene detrás de mi automovil, con el suyo, haciendo señas de luces y tocando bocina en todas las esquinas".

Así

Nosotros, la gente, andamos como andamos por pura causalidad y no por mera casualidad. La casualidad no existe, la buena o mala suerte tampoco. Consuelo de tontos la suerte.

Como esa vez que un taxista casi se incrusta en una lavandería por culpa de un estornudo provocado por los pelos de mi gata, que habían quedado en la manga de mi saco. El taxista le hechó la culpa al médico, diciendo que se había equivocado en el diagnóstico de su resfrío. En fin... Talita, mi gata, nunca se enteró y sigue utilizando mi ropa para sus siestas.

Andamos así, nos guste o no, por causas absolutamente verificables. Lo que sucede es que no hay tiempo tampoco para analizar los por qué. Es que andamos como andamos, así.

miércoles, octubre 18, 2006

Volver al origen

Hace tiempo que ando enmarañado con esta idea. Me persigue, me ronda, me moja la oreja y luego se esconde. La veo venir tantas veces y tantas veces irse que ya estoy algo acostumbrado. Pero igual me inquieta, me seduce la idea de volver al principio, que no es lo mismo que retroceder.

Se presenta esta idea en cualquier momento y suele regalarme miradas para encarar las más variadas contingencias, respuestas que no siempre satisfacen, porque tener respuestas no implica tener soluciones.

Será por eso que los fines de semana me zambullo en la naturaleza o que por las noches me pierdo mirando el cielo inflamado de estrellas... no sé.

Un día la idea se me acercó al oído y me sugirió encarar sin vueltas el problema. Fue así que surgió este diario.